A lo largo de los años ha habido muchos intentos de definir la edad biológica, que, como ya he dicho, no se refiere a los años que tienes, sino a la edad que tu fisiología sugiere que tienes.

En la última década, los telómeros han recibido mucha atención por parte de la comunidad científica y médica como indicadores de la edad biológica, sobre todo gracias al trabajo de la doctora Elizabeth Blackburn, profesora de biología y fisiología de la Universidad de California en San Francisco, que ganó el premio Nobel por su trabajo sobre los telómeros, y la doctora Elissa Epel, profesora de psiquiatría de la Universidad de California en San Francisco y autora de El efecto telómero. Estas secuencias de material genético se encuentran al final de las hebras de nuestros cromosomas y protegen el ADN impidiendo que se deshilache y se fusione con otras hebras. A menudo se comparan con las puntas de plástico que sellan el final de los cordones de los zapatos.